No quieren «Hell» en «Fucking»

Existe, en Austria, una pequeña aldea con un curioso nombre y un par de historias divertidas para muchos, pero ya manida para sus 150 habitantes. La tranquilidad de este pequeño rincón de Tarsdorf, en la región de Innviertel, cerca de Salzburgo, se rompe casi a diario cuando, cualquier turista, extraño o extranjero, frena su coche en la entrada del pueblo para fotografiarse con el cartel que indica la llegada a Fucking.  El caso es que muchos, además de parar, se llevan el cartel como recuerdo, lo que ha convertido esta señal, en la más robada de toda Austria, con el coste para el ciudadano que eso implica. Ahora, la última, es que una empresa cervecera quiere llamar a su brebaje Fucking Hell, en honor y consideración, dicen, del pueblo Austriaco.  «Solo queremos que nos dejen en paz», dice el alcalde. Y es que, los ciudadanos de esta aldea están ya cansados de que solo utilicen Fucking para reirse de ellos o intentar dañarles. Pero parece que no frenará nunca ese deseo de muchos, que encuentran, en la risa, el verdadero tesoro de Fucking.

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